El dueño del restaurante El Brillante, Alfredo Rodríguez, de 68 años, famoso dentro y fuera de Madrid por sus bocatas de calamares, decidió acabar con su vida, acuciado por problemas económicos.
Alfredo llevaba tiempo deprimido. Este lunes, desde su piso de la calle de Costa Rica, decidió poner fin a todo de la manera más trágica. Esa mañana, envió un mensaje a uno de sus sobrinos. Le indicaba que había dejado unas llaves del piso al portero de la finca. El familiar de Alfredo se temió lo peor. Sabía, y así lo expresó luego a la Policía Nacional, que su tío estaba pasando una mala racha y que la factura de todo ello le pesaba sobre los hombros. Llamó a los servicios de emergencias y se presentó rápidamente en el bloque de la víctima.
Alfredo acababa de pegarse un tiro en la cabeza. La Policía llegó inmediatamente, sobre el mediodía. La pistola que había utilizado estaba a su lado. No había dudas acerca de que se trataba de un suicidio.
El Eco del Suicidio 